viernes, 28 de enero de 2011

La asociación ecologista GADMA apoya a Alternativa al Tren

GADMA, el Grupo de Amigos de Defensa del Medio Ambiente, coincide con la Asociación Alternativa al Tren, que el tren Manacor en Artà hasta Cala Ratjada, es im proyecto consumista de territorio que no respeta el entorno.

Las dos asociaciones coinciden en qué el tren de Llevant impacta brutalmente sobre el territorio. Están de acuerdo en qué Mallorca necesita un transporte público, eficiente y ecológico, que sea substitutivo del coche y no consuma más territorio. Por esto, ambas asociaciones llegan a la misma conclusión que el Gobierno habría de apostar por una red de autobuses ecológicos, que conecten el máximo de núcleos de población de la forma más óptima y sin destruir más territorio. Los autobuses son un medio más flexible que el tren y se pueden adaptar mejor a las demandas estacionales.

El tren es un transporte público adecuado cuando une núcleos de población muy densos y poblados. El tren es óptimo para el territorio cuando el tren va lleno, y lo que cuesta de infraestructuras y de mantenimiento se justifica porque el tren tiene muchas frecuencias y va lleno de pasajeros. No es el caso del territorio del Llevant de Mallorca, dónde la población está dispersa y la densidad de población no justifica el tren como tipología de transporte público.

A Llevant, dónde ya se ha invertido en carreteras y se han hecho rondas de circunvalación, destruir más territorio por poner un tren inflexible no tiene sentido porque no transportará grandes masas de pasajeros. Tiene más sentido poner una red de autobuses ecológicos adaptados a la demanda en tamaño, y que aseguren unas frecuencias óptimas porque una familia pueda prescindir de comprar más coches para poderse desplazar.

El precio del transporte público también es un tema a abordar. Se debe fomentar el transporte público de forma que resulte más económico que ir en transporte privado. Y además, que sea eficiente. Esto significa que las personas puedan prescindir de comprar coche porque en transporte público podrán llegar dónde necesitan llegar (y no sólo a los puntos dónde se pare el tren proyectado).

A Llevant los autobuses AUMASA no son ni eficientes y ni ecológicos, y además son caros. Esto no justifica poner un tren y destruir más territorio. Lo que se debe hacer es poner una red de autobuses ecológicos, eficientes, económicos y con buenas frecuencias que permitan a la población prescindir del coche porque lleguen por todas partes con un tiempo razonable.


El transporte público de las Islas del Mediterráneo

La mayoría de las Islas del Mediterráneo no tienen tren. En cambio hay islas como Menorca o las pequeñas Islas de las Islas Canarias o Malta, dónde las personas se pueden deplazar mediante buses públicos, que son óptimos y suficientes por fomentar la movilidad sostenible con transporte público.

domingo, 16 de enero de 2011

Las obras del tren de Llevant destruyen el patrimonio del tren

La caseta del guardabarreras situada entre Son Servera y Artà ha sido destruida por las obras del tren. Se puede comprobar en la foto del antes y del después.


Caseta de guardabarreras antes de la destrucción


Caseta guardabarreras destruida


Según esta noticia publicada el 2 de enero las casetas de guardabarreras serían restauradas: “Otro elemento de interés son las casitas de los guardabarreras que serán todas restauradas. Habrá que podrán ser rehabilitadas en el mismo lugar y otras, por cuestiones del proyecto, se deberán de reubicar en las proximidades de la vía para que sean visibles por los usuarios. En estos casos se recuperan todos los elementos aprovechables.”


Si para rehabilitar un patrimonio arquitectónico primero hay que destruirlo para volverlo a construir se convierte en folklore.

Con unas Vías Verdes no haría falta destruir tanto patrimonio arquitectónico y natural. Cuando empiecen a construir puentes y túneles aún tendrán que destruir. Aún estamos a tiempo para convertir las antiguas vías de tren en Vías Verdes para disfrute de la ciudadanía y del turismo, sin tener que malgastar tanto dinero en la construcción y mantenimiento de un tren que la mayoría del tren irá vacío.